Raymundo Riva Palacio
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/zabludovsky-y-los-asuntos-de-estado.html
(…)
La muerte de Zabludovsky revive la dinámica de la relación
de Televisa con el poder a lo largo de los años. Su salida del principal
noticiero de la televisión mexicana, no era el relevo generacional en la
empresa. En ese caso, el mejor remplazo para Jacobo era Abraham, su hijo, no
por nepotismo, sino por ser el mejor segundo conductor de la televisión de la
época. Pero nunca fue opción. El sólo apellido era un recordatorio permanente
de cómo el joven Emilio Azcárraga Jean se había quedado con la empresa, en una
operación política del presidente Ernesto Zedillo para evitar que los herederos
de Emilio Azcárraga Milmo fueran los hijos de Guillermo Cañedo, su amigo y
socio por décadas. En su blog Mediocracia, el investigador Raúl Trejo Delarbre,
indiscutiblemente quien mejor ha seguido la evolución histórica de los medios
mexicanos, recordó en 2008 una vieja columna del periodista Roberto Zamarripa,
quien publicó detalles de una reunión el 4 de marzo de 1997 con el presidente
Zedillo, en la fase terminal de Azcárraga Milmo, donde José Antonio Cañedo
White, en ese entonces presidente de Televicentro, la empresa controladora de
las acciones de Televisa, le dijo que al grupo le interesaba renovar “el pacto histórico
entre la empresa y el Estado mexicano”. De acuerdo con Zamarripa, Zedillo lo
corrigió y aclaró que el pacto había sido entre el Estado “y la familia
Azcárraga”. El presidente, que era groseramente franco, se extrañó que
estuvieran los Cañedo White –estaba también Guillermo, como presidente del
Consejo de Administración de Televisa–, y le dijo a Azcárraga Jean, recuerda
Trejo Delarbre, que la relación entre Televisa y el gobierno la resolverían
ellos dos y nadie más.
Zabludovsky y el fin del monopolio informativo
En 24 Horas, Jacobo magnificaba los logros gubernamentales y
soslayaba los errores.
Leo Zuckermann
http://www.excelsior.com.mx/opinion/leo-zuckermann/2015/07/06/1033094
Durante lustros, Jacobo Zabludovsky tuvo el monopolio
informativo en México. Sí había otras opciones, pero eran de nicho: la gran
mayoría de los mexicanos se informaba a través del noticiario nocturno del
Canal Dos. 24 Horas tenía algo imposible de pensar en nuestros días: una
audiencia masiva cautiva. Y el famoso conductor la aprovechó para realizar un
noticiario protector, cosmopolita y culto. Protector porque siempre defendió al
régimen político priista. Ni lo criticó ni lo cuestionó. Sus coberturas fueron
favorables para el gobierno en turno, en particular para la institución
presidencial. Esto se explicaba por la alianza entre los dueños de Televisa y
el PRI. Era una relación de quid pro quo: el gobierno permitía que los
propietarios operaran un negocio muy rentable a cambio de coberturas benévolas.
En 24 Horas, Zabludovsky magnificaba los logros gubernamentales y soslayaba los
errores.
Proceso pinta a Zabludovsky como “gato” del Tigre Azcárraga;
así es hoy López-Dóriga con B. Gómez
Federico Arreola
http://www.sdpnoticias.com/nacional/2015/07/05/proceso-pinta-a-zabludovsky-como-gato-del-tigre-azcarraga-asi-es-hoy-lopez-doriga-con-b-gomez
En la revista Proceso de esta semana Jenaro Villamil empieza
contando una anécdota: En 1983, Emilio El Tigre Azcárraga Milmo invitó a comer
a Francisco Rojas, secretario de la Contraloría del presidente Miguel de la
Madrid. A la comida acudieron dos periodistas de Televisa, Jacobo Zabludovsky y
Guillermo Ochoa. El caso es que ahí Rojas agradeció a Zabludovsky la trasmisión
de unas noticias en 24 Horas Azcárraga le dijo al funcionario: “No, Paco, no te
equivoques, al único que tienes que agradecérselo es a mí. Éstos -dijo
señalando a Zabludovsky y a Ochoa- son mis gatos”. La fuente de Villamil es un
libro de Andrew Paxman y Claudia Fernández sobre El Tigre Azcárraga. Ese fue
uno de “los desplantes típicos del entonces propietario de la televisora”, que
eran posibles gracias a “la docilidad de Zabludovsky ante su jefe”. El
reportaje de Villamil es durísimo con Zabludovsky, el periodista que siguió
hasta “la ignominia” la línea de Azcárraga de ser soldado del PRI.
(…)rápidamente el estilo bravucón de El Tigre Azcárraga regresó a los
noticiarios de Televisa, aunque ya no ejercido por el dueño de la empresa.
Emilio Azcárraga Jean, el heredero del viejo y maleducado Tigre, menos violento
que su padre, ha delegado en Bernardo Gómez la tara de regañar y tirar línea a
sus periodistas estelares, como Joaquín López-Dóriga y Carlos Loret de Mola,
que hacen exactamente lo que dice el número dos de la televisora, un tipo que
como Azcárraga viejo no se anda con delicadezas cuando da órdenes. Ya se
contarán las historias del trato que Gómez da a sus periodistas.
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